Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
En el fin de semana pasado he estado rehojeando el libro de Lundin, Paul y Christensen, “Fish! La eficacia de un equipo radica en su capacidad de motivación”[1], donde la protagonista, ante la pregunta de si tiene algo que ofrecer un mercado callejero a una multinacional con problemas, descubre que sí. Observando al pescadero y resto de vendedores del mercado aledaño a la empresa en la que trabaja, percibe que no sólo parece que estén pasándoselo bien, sino que, además, los clientes a los que atienden están encantados, siendo la pescadería que más vende. Por ello, escucha al pescadero para resolver los problemas del departamento donde ejerce su actividad profesional.
Y es que el sitio donde trabaja es temido y odiado por todos los demás empleados de la empresa, debido a que en él todo se atasca y se retrasa, por no hablar de la actitud de su personal, perpetuamente malhumorado o desinteresado en hacer bien su tarea. Siguiendo los consejos del pescadero, la ejecutiva logra infundir motivación y que deje de ser el "basurero tóxico", como lo calificaban el resto de compañeros y compañeras, mostrando cómo renovar el interés de los empleados que realizan funciones administrativas, logística o de apoyo. Parte de este texto se ha editado en el sitio de Manuel, bajo el título "Aprendiendo de los tenderos". Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
________________________
[1] Lundin, Stephen C.; Paul, Harry; Christensen, John. Fish! La eficacia de un equipo radica en su capacidad de motivación. Ediciones Urano. 2003.