
Apuntaba el autor que donde nosotros vemos objetos ideales, el veía cosas humanas, demasiado humanas. Termino transcribiendo la primera estrofa de la poesía u oración, según se mire, y, en todo caso, reflexión que el autor declara en el epílogo: "Es bello cantar juntos, pero más bello aún reír juntos…, bajo el manto sedoso del cielo, apoyados en el musgo de un haya, reír entre amigos, cordiales carcajadas que dejen ver los blancos dientes". Parte de este texto también se ha editado en el Sitio de Manuel, bajo el título “Realista, demasiado realista”.
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[1] Nietzsche, Friedrich. “Humano, demasiado humano”. Editorial Ediciones y Distribuciones Mateos. 1998.