Mientras hojeaba el texto de David Zweig, “Invisibles: The Power of Anonymous Work in an Age of Relentless Self-Promotion” (que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “invisibles: el poder de los anónimos. Trabajo en una era de sanguinaria autopromoción”), me acordé de todas esas personas que realizando sus tareas a la perfección, permanecen en el anonimato, en la invisibilidad. Como escribe Zweig, millones de estos invisibles pululan por doquier, regalándose jornada a jornada, la satisfacción del trabajo bien realizado y sólo ellos lo saben y sólo ellos se condecoran en la discreción, en la intimidad, en el anonimato, en la invisibilidad, mientras disfrutan de una vida plenamente rica, proactiva, feliz (Fuente de la imagen: sxc.hu).
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— Manuel Velasco (@manuel_velasco) abril 5, 2015