En el fin de semana pasado he estado rehojeando su libro de Mnuel de Haro Solano[1], "La Dirección Financiera"[2] así como los apuntes complementarios de Dirección Financiera que también nos facilitó, algunos de cuyos capítulos, salvando los marcos reguladores, siguen estando vigentes. Entre otras dedicatorias, ofrendaba el texto al alumnado de quinto, advirtiendo que nos iba a contar la “dura verdad” de la inevitabilidad de entender y recordar los conceptos que contenía el tratado. ¿Por qué nos obligaba De Haro a retener en la mente los términos?
Porque, según el profesor, se trataba de cuestiones a las que con toda seguridad tendríamos que aludir en algún que otro comité de dirección, ante un CEO... cuando menos se pensara, sin tiempo para consultar libros ni notas. De su extenso prólogo también resalto su reflexión “para generar inversiones que ahuyenten el paro, hay que crear ilusiones y confianza en las direcciones financieras de las empresas”. Parte de este texto también se ha editado en el Sitio de Manuel, bajo el título ¿Por qué recordar los términos financieros? Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Manuel De Haro Solano, nacido en Ronda (Málaga), alto ejecutivo del Banco de Bilbao, Censor Jurado de Cuentas, Doctor en Ciencias Empresariales y profesor titular de la asignatura Dirección Financiera de quinto de Económicas.
[2] De Haro Solano, Manuel. Dirección Financiera. Universidad de Málaga. 1982.