Ejecución

La táctica/estrategia, el proceso del liderazgo y la innovación son los semblantes más atrayentes de una compañía triunfante. Pero hacer las cosas, la ejecución en sí, si bien personifica la indiscutible disconformidad entre una empresa y otra, no es la reina del cotarro organizacional. Por otra parte, la ejecución es una conducta que debe ser ejercitada, tanto por directivos de multinacionales como por empresarios de pymes y emprendedores, no configurándose como un semblante estratégico más, debiendo ser destinada a las bielas esenciales de la práctica gerencial: las personas, la estrategia y los procedimientos (Fuente de la imagen: pixabay).

Te transcribo la reflexión anterior, porque dentro de la batería de recomendaciones de lectura con la que Antonio me bombardea periódicamente (no dejes de hacerlo, amigo), hace unos meses sugirió el texto de Ram Charan y Larry Bossidy, Execution: The Discipline of Getting Things Done[1], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “Ejecución: La disciplina de hacer las cosas”, donde se arguye que el primordial impedimento para conseguir el triunfo es ese continuo deterioro del cumplimiento, configurándose como el eslabón disoluto a caballo entre anhelos empresariales y consecuencias productivas.

Te dejo un vídeo, subido a Youtube por Tom Morris, donde se realizan una serie de breves consideraciones sobre el texto en cuestión.

[1] Ram Charan y Larry Bossidy, Execution: The Discipline of Getting Things Done. Editorial Crown Business. 2002.