Como estamos en estas fechas y ya hace tiempo que no hablamos en este sitio de Cultura, te cuento que pocas veces me han regalado en mi vida cosas iguales o similares, pero la coincidencia, lejos de entristecerme, me alegra mucho, porque es difícil que personas piensen para uno el mismo obsequio. Pero si es complicado que dos almas deduzcan igual, más morrocotudo es que cuatro coincidan. El penúltimo caso se dio en el último trimestre de 1999.
Estaba terminando de colaborar en la reestructuración empresarial de ARI, cuando un día, Pablo y Joaquín, emprendedores, socios fundadores de la empresa y, actualmente, directivos del Grupo Editorial CSR, me regalaron “El Alquimista”, de Paulo Coelho, con dos preciosas dedicatorias que de vez en cuando releo para alimentar la llama de la vida. Gracias, Joaquín, Pablo.
Al final de ese mismo año, Antonio, entonces director de RRHH y adjunto a la dirección general del Grupo Tadel, donde yo había laborado un año antes en un proyecto de reorganización corporativa, y Teófilo, Director Comercial de esa misma firma, me agasajaron con una versión de “El Alquimista”, ilustrada por Moebius, con unas inscripciones manuscritas que guardaré siempre en mi corazón. Gracias, Antonio, Teófilo.
Comprenderás, que me haya leído esos libros no una, sino dos y tres veces. Que tengas un buen puente y si no tienes puente pues igualmente, si puedes, disfruta de un buen libro y de la Vida (Fuente de la imagen: escaneo de la portada de la edición ilustrada por Moebius).
Estaba terminando de colaborar en la reestructuración empresarial de ARI, cuando un día, Pablo y Joaquín, emprendedores, socios fundadores de la empresa y, actualmente, directivos del Grupo Editorial CSR, me regalaron “El Alquimista”, de Paulo Coelho, con dos preciosas dedicatorias que de vez en cuando releo para alimentar la llama de la vida. Gracias, Joaquín, Pablo.
Al final de ese mismo año, Antonio, entonces director de RRHH y adjunto a la dirección general del Grupo Tadel, donde yo había laborado un año antes en un proyecto de reorganización corporativa, y Teófilo, Director Comercial de esa misma firma, me agasajaron con una versión de “El Alquimista”, ilustrada por Moebius, con unas inscripciones manuscritas que guardaré siempre en mi corazón. Gracias, Antonio, Teófilo.
Comprenderás, que me haya leído esos libros no una, sino dos y tres veces. Que tengas un buen puente y si no tienes puente pues igualmente, si puedes, disfruta de un buen libro y de la Vida (Fuente de la imagen: escaneo de la portada de la edición ilustrada por Moebius).