A principios de la década de los noventa del siglo pasado, cuando trabajaba de director de auditoría interna en Euromarket (ver texto “Ni seguratas ni chivatos ni detectives”), un consultor, jefe de equipo, de la firma American Appraisal, que mi corporación había contratado para la valoración de una cadena de supermercados que se quería adquirir, me recomendó el libro de Mihaly Csikszentmihalyi Flow: The Psychology of Optimal Experience[1], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así como “Flujo: la psicología de la experiencia óptima”. En el texto, Mihaly describe ese estado de concentración intensa en la que las personas entramos cuando la actividad que realizamos nos cautiva totalmente. Sostenía el autor que cuando alcanzamos ese flujo, somos más efectivos y productivos.
Te cuento lo anterior porque en el fin de semana pasado, además de repasarme la normativa de los certificados de profesionalidad en mi país (ver "Volūta Certificados de Profesionalidad"), he estado re-hojeando otro libro de Csikszentmihalyi, leído en el año 2005, Good Business: Leadership, Flow, and the Making of Meaning[2], que traducido con mi inglés de “ya sabes dónde”, es algo así como “Buen negocio: liderazgo, flujo y dar significado a lo que se hace”. En ese trabajo, el autor aplica el término acuñado en su primer libro, flujo, al lugar donde realizamos nuestra actividad profesional, apostando por la idea de que podemos alcanzar ese nivel de concentración durante las tareas más insignificantes, incumbiendo a los directivos cultivar un ambiente laboral en el que los colaboradores alcancen frecuentemente esa fase de flujo. Para el autor, el resultado no será otro que trabajadores productivos, comprometidos y leales.
En la primera parte del texto, Csikszentmihalyi me brinda información sobre el flujo de algunos directivos conocidos en su ámbito de relaciones. Según esos gerentes, ninguna empresa hace "buenos negocios", a menos que mejore la calidad de vida de las personas que emplea y contribuya, de manera genuina, a la felicidad de sus colaboradores. En la segunda parte, Mihaly suministra consejos sobre el cultivo de flujo entre los trabajadores. Por ejemplo, insinúa que me encontraré con el flujo sólo cuando se me desafíe lo suficiente como para crecer y aprender, pero no en un grado que me cause estrés y ansiedad. Igualmente, para fomentar el compromiso, los directivos deben definir claramente las metas de la organización y comunicarlas a menudo, recibiendo los colaboradores retroalimentación inmediata, propiciando los directivos un ambiente que promueva la concentración del grupo.
A continuación, te dejo un vídeo, cortesía de TED, que registra parte de una conferencia de Mihaly Csikszentmihalyi, donde intenta responder a la cuestión "¿Qué hace que valga la pena vivir una vida?", observando que el dinero no puede hacernos felices, centrándose Mihaly en aquellas personas que encuentran placer y satisfacción duradera en actividades que generan un estado de "flujo" (Fuente de la imagen: pixabay).
[1] Mihaly Csikszentmihalyi. Flow: The Psychology of Optimal Experience. Editorial Harperperennial. 1990.
[2] Mihaly Csikszentmihalyi. Good Business: Leadership, Flow, and the Making of Meaning. Editorial Penguin Books. 2004